Julián Luque es el ejemplo de futbolista que prometía hasta decir basta y quizá no ha desarrollado todo su potencial.
Debutó en Primera en la 10/11 con el Racing, para mantenerse a caballo entre el primer equipo y el filial la siguiente, en la que participó en más de una decena de partidos.
El Racing descendió a Segunda y Julián siguió participando con el primer equipo, aunque con pocas oportunidades, y tras esa temporada, en la que bajaron a Segunda B, se marchó a Dinamarca un año para volver al filial del Espanyol a la siguiente.
Con el Espanyol también debutó con el primer equipo, pero el la 15/16 fichó por el Guijuelo donde parece que se ha estabilizado y sigue hasta el día de hoy.
Opinión:
Cuando debutó en primera parecía el típico extremo regateador que te destroza con espacios, con mucho regate y de los que gusta encarar.
Un espectáculo para el aficionado.
Ahora con 26 años y una larga trayectoria a sus espaldas aprece haberse asentado, esperemos que este año la rompa y lleve al Guijuelo a hacer un buen año.
¡Suerte Julián!